domingo, 11 de noviembre de 2012

Saboreando el invierno en el Valle de la Fuenfría

Pradera de los Corralillos
Tras una desastrosa por inexistente temporada de otoño en la que mil avatares me han tenido atrapado en la ciudad, al fin logro escaparme unas horas al monte. Ya por el camino en coche compruebo como estaba previsto, que la noche en la montaña ha debido ser dura. Grandes masas de nubes ocultan las cimas y se ve una capa de nieve que desciende hacia los valles. Me temo que la ruta que tengo prevista por los cordales de la Fuenfría se va a ver acortada o modificada salvo que cambie mucho la cosa. Mi primer pensamiento es subir hasta el Puerto de la Fuenfría (1792) y una vez allí valorar el seguir subiendo o darme una vuelta por el terreno más protegido de los bosques de la zona. Total, de lo que se trata es de respirar aire puro, que falta me hace. Vivimos tiempos oscuros y turbulentos pero la hierba sigue siendo verde, la nieve blanca y los vientos siguen azotando las cumbres como siempre. En fin, me dejo de filosofías de todo a 100 y a las 8 de la mañana estoy trotando suavemente camino del puerto por la calzada romana mil veces recorrida. Al kilómetro de salir aparecen las primeras nieves en la Pradera de los Corralillos. A partir del Puente de Enmedio la capa ya es constante y, aunque no muy profunda afortunadamente para mí, le da bastante vistosidad al paisaje. Una vez en el Puerto, al que he llegado trotando suave y muy agusto, el panorama no es muy halagüeño. El fuerte viento hace que la sensación térmica sea de varios grados bajo cero. La visibilidad hacia la zona de cumbres es muy escasa. Pese a ello y dado que conozco bien la ruta (es tirar para arriba y ya) me aventuro a llegar por lo menos hasta la redondeada cima de Cerro Minguete (2.026) por ver si una vez arriba cambiara el panorama. 

Otoñando

Camíno-río

Puerto de la Fuenfría

Puerto de la Fuenfría
La subida es regular y se puede subir casi por cualquier sitio pero opto por buscar los hitos para evitar despistes innecesarios dado lo opaca que se presenta la situación. A medida que subo el viento arrecia y en cuanto salgo a la cresta me tengo que poner el cortavientos pues me empiezo a quedar realmente frío. Aquí no se puede estar mucho tiempo. La visibilidad empeora y la sensación térmica es de muchos grados bajo cero. Se me ha helado el agua del bidón que llevo fuera de la mochila y la del tubo del deposito. Me paro a hacer alguna foto y sufro la clásica desorientación cuando se está en una loma sin referencia alguna empezando a bajar por la vertiente hacia Montón de Trigo en vez de volver sobre mis pasos para volver al Puerto de la Fuenfría, que es lo más sensato dadas las circunstancias. Menos mal que me he dado cuenta enseguida pues podría haber acabado en El Espinar o en Segovia... En pocos minutos estoy de nuevo en el el puerto. Puesto que este gélido periplo no me ha llevado demasiado tiempo decido alargar la vuelta tomando la pista que va a media ladera de las cumbres occidentales del valle. Es lo que más se parece a mi proyecto original de recorrer el cordal Montón de Trigo-Cerro Minguete-Peña Bercial-Peña del Aguila- La Peñota. Aquí ya no hay dificultades, es una pista casi llana (Calle Alta se llama) que abandono a los 5 kilómetros más o menos de salir del puerto de la Fuenfría para, a la altura del Collado de Cerromalejo que separa la Peña del Aguila de la Peñota, tomar una senda bastante buena marcada con círculos rojos que en rápido descenso conduce directamente al Hospital de la Fuenfría. De aquí al coche que he dejado en al Parking de Majavilán no hay más que remontar unos cientos de metros por la carretera. Han sido en total unas 2 horas y media paradas incluidas a mi ritmo tirando a huevón para unos 14 kilómetros. Y me he quedado nuevo.

Ladera de Cerro Minguete

Un hito

Servidor en Cerro Minguete

Se me han helado las cejas

La Calle Alta

Una de las pocas veces que veo el valle

Senda de descenso

Llegando al coche


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